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viernes, 11 de marzo de 2016

®La Duda Metódica

El método consiste en descubrir proposiciones de cuya verdad no se puede dudar. Implica la duda. Esta duda no es una duda total, sino una duda metódica, que nos lleva a verdades indubitables, esta primera duda es indudable, evidente, clara y distinta, le llamamos "Cogito"
Descartes aplica la duda metódica a tres motivos: los sentidos, el sueño y el "genio maligno". La conclusión a la que llega es que ninguna proposición que esté basada en la experiencia, ni siquiera las preposiciones matemáticas, pueden superar la duda metódica. Hay una proposición de la que no se puede dudar. Toda duda implica que existe un ser dudante y esto no puede dudarse. 
Pienso, luego existo (Cogito, ergo sum). Es una verdad conceptual. No puede engañarme ningún genio maligno, pues ni siquiera él puede engañar sin haber alguien al que engañar. Debe haber una persona que sea engañada. Esa persona puede dudar de lo que piensa, pero no del hecho mismo de pensar. El "Cogito ergo sum" es el primer principio y el punto de partida de su filosofía. Llegamos a el intuitivamente, "por la sola luz de la razón", no de forma deductiva. Es, pues, la primera verdad indudable y la primera certeza y, además, es el prototipo de toda verdad y de toda certeza.
La mente debe estar constituida de una realidad distinta a la física, las mentes son substancias pensantes ("res cogitans"), los cuerpos substancias extensas ("res extensa").
Yo soy una sustancia cuya esencia y naturaleza es pensar y que no necesita de nada material para ser. Por lo tanto, el alma es enteramente distinta al cuerpo y más fácil de conocer que el cuerpo (Meditación 2ª)


Fuentes:
-Apuntes de Filosofía

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