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martes, 15 de marzo de 2016

®Aliados internacionales de los dos bandos de Guerra Civil

 La primera de las grandes medidas internacionales: el acuerdo general sobre la No-Intervención al que se sumaron 27 países de Europa, que nunca se plasmó en un documento escrito, y el establecimiento como consecuencia de ello de un Comité de No Intervención con sede en Londres.

  • Gran Bretaña estaba decidida desde un principio a mantenerse neutral. El gobierno conservador británico veía con aprensión la extensión de la influencia germano-italiana a la península y la consecuente puesta en peligro de su base de Gibraltar y su ruta imperial a la India; sin embargo, la orientación revolucionaria que pronto tomaron los acontecimientos en la zona republicana alejó definitivamente de la cabeza del gobierno conservador la posibilidad de una ayuda a la República.
  • El gobierno francés, pese a estar conformado por el izquierdista Frente Popular, siguió lo marcado
    desde Londres."
El régimen nazi de Hittler en Alemania y el fascista de Mussolini en Italia ayudaron militarmente a los sublevados. Italia colaboró con aviones y cuarenta mil soldados. Alemania aportó tanques, artillería y aviación (Legión Condor) y unos dieciséis mil hombres. El régimen portugués de Salazar colaboró con la aportación de veinte mil voluntarios y facilitando el paso por su territorio, lo que supuso una ayuda importante. Hay que sumar la contribución de los cien mil regulares marroquíes.
Franco también contó con la colaboración de capitalistas americanos (combustible de la Texaco y de la Standard Oil, camiones, armas... -mientras se lo negaban al bando republicano-) e ingleses. La ayuda internacional fue decisiva para la victoria de los nacionales.

La República tuvo grandes dificultades para adquirir suministros y material de guerra debido a la política de no intervención de las democracias occidentales y al cierre de fronteras. La República contó con ayuda de la Unión Soviética, que proporcionó cuadros técnicos víveres y armamento, en parte costeado con fondos del Banco de España (el "oro de Moscú").

Contó también con la participación de unos 35.000 voluntarios de sindicatos y partidos de izquierda extranjeros que acudieron a luchar contra el fascismo: las Brigadas Internacionales. Además de su colaboración efectiva -participaron en las principales batallas de la guerra civil-, convirtieron la lucha de la República en una causa universal. En septiembre de 1938, en pleno apogeo de los combates del Ebro, el gobierno republicano -por la presión de Francia e Inglaterra- decidió retirar del frente a los voluntarios internacionales. No les fue fácil volver a sus países: el reaccionario gobierno francés prohibió a muchos el cruce de la frontera.
Bibliografía:

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