Este escritor consiguió la extraordinaria hazaña de ser un maestro indiscutible del estilo modernista, que utiliza en sus primeras novelas Femeninas (1895) y Epitalamio (1897), así como el inventor de una nueva técnica y estilo, el esperpento, que utiliza en Luces de bohemia (1924), la trilogía Martes de Carnaval (1930) y en Divinas palabras (1920), entre otras obras.
No es posible encontrar dos planteamientos estéticos y técnicos más opuestos, pues si el modernismo se caracteriza por la descripción de la belleza y del erotismo, despreocupado del mensaje de fondo, el esperpento se caracteriza por una detallada e incluso grotesca deformación de una realidad desagradable que se critica, como siempre en este autor, con un fuerte contenido erótico.
Muchas obras de Valle fueron llevadas al cine, a la televisión y a la ópera.
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