Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, capital de la actual Córcega, en una familia numerosa de ocho hermanos: José, Napoleón, Lucien, Luis Jerónimo,Elisa, Paulina y Carolina. La madre, María Leticia Ramolino, era una mujer de notable personalidad,Carlos María Bonaparte, el padre, siempre con agobios económicos por sus inciertos tanteos en la abogacía se tomó el partido por la causa nacionalista de Córcega frente a su nueva metrópoli, Francia; y mientras Napoleón se ingresó en la Escuela Militar de Brienne. De allí salió a los diecisiete años con el nombramiento de subteniente y un destino de guarnición en la ciudad de Valence.
Durante la Revolución Francesa fue teniente coronel de la Guardia Nacional corsa (1791); sin embargo, cuando Córcega declaró su independencia en 1793, Bonaparte, decididamente partidario del régimen republicano, huyó a Francia con su familia.
Le nombraron jefe de artillería del ejército encargado de la reconquista de Tolón.Expulsó del puerto a las naves británicas y reconquistó finalmente la posición. Gracias a esta acción, le ascendieron al grado de general de brigada a la edad de 24 años. En 1795 salvó al gobierno revolucionario restableciendo el orden tras una insurrección realista desatada en París.
A su regreso a París se unió a una conspiración contra el gobierno y junto a sus compañeros tomaron el poder durante el golpe de Estado del 9-10 de noviembre de 1799 y establecieron un nuevo régimen, el Consulado. Según la Constitución del año VIII, Napoleón, que había sido nombrado primer cónsul,más tarde, se proclamó emperador en 1804.
Militar exitoso
En 1800 cruzó los Alpes venciendo a los austriacos en la batalla de Marengo y en 1801 firmó el Concordato con el papa Pío VIII, al que apaciguó los ánimos en el interior del país, decidió que todos sus ejércitos fuesen contra las fuerzas austro-rusas, a las que derrotó en la batalla de Austerlitz el 2 de diciembre de 1805. Conquistó el reino de Nápoles en 1806 y nombró rey a su hermano mayor,José; se tituló rey de Italia (1805), desintegró las antiguas Provincias Unidas (hoy Países Bajos), que en 1795 había constituido como República de Batavia, y fundó el reino de Holanda, al frente del cual situó a su hermano Luis, y estableció la Confederación del Rin que quedó bajo su protección. Fue entonces cuando Prusia y Rusia forjaron una nueva alianza y atacaron a la confederación. Aniquiló al ejército prusiano en Jena y Auerstedt (1806) y al ruso en Friedland. En Tilsit (julio de 1807), estableció un acuerdo con el zar Alejandro I por el que se reducía enormemente el territorio de Prusia y también incorporó nuevos estados al Imperio: el reino de Westfalia, gobernado por su hermano Jerónimo, y el ducado de Varsovia, entre otros.
Dos grandes fracasas decisiones
Impuso el Sistema Continental en Europa, que consistía en un bloqueo sobre las mercancías británicas con el propósito de arruinar el poderoso comercio de Gran Bretaña. En 1807 conquistó Portugal y un año después nombró a su hermano José (Pepe Botella) rey de España, tras lograr la abdicación de Fernando VII en Bayona e invadir el país, dejando Nápoles como recompensa para su cuñado, Joachim Murat. La llegada a España de José Bonaparte recrudeció la guerra de Independencia española. Napoleón pasó algún tiempo en España y consiguió varias victorias, pero la lucha se reanudó tras su partida, prolongándose durante cinco años la guerra entre las tropas francesas y las españolas (apoyadas por Gran Bretaña), jugando un papel fundamental la lucha de guerrillas.
Su alianza con el zar Alejandro I quedó anulada en 1812 y emprendió una campaña contra Rusia que terminó con la trágica retirada de Moscú. Tras este fracaso, Europa se unió para combatirle. Sus mariscales se negaron a continuar combatiendo en abril de 1814. Al ser rechazada su propuesta de renunciar a sus derechos en favor de su hijo, hubo de abdicar, permitiéndole conservar el título de emperador y otorgándosele el gobierno de la isla de Elba. María Luisa y su hijo quedaron bajo la custodia del padre de ésta, el emperador de Austria Francisco I, y no volvió a verlos nunca. En 1815 huyó de Elba, llegó a Francia y marchó sobre París tras vencer a las tropas enviadas para capturarle, iniciándose el periodo denominado de los Cien Días. El resultado fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
Abdicó en favor de su hijo, Napoleón II y marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico Bellerophon. Fue recluido entonces en Santa Elena, una isla en el sur del océano Atlántico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.