
Su padre, Manuel Fraga Bello, de una familia numerosa de modestos campesinos, hombre conservador y sin estudios, decidió emigrar a Cuba después de hipotecar su escasa tierra.
En América fue de los que triunfaron: puso un negocio, reunió ahorros y aprendió a leer.Su primer cargo político relevante fue el de Ministro de Información y Turismo, que ejerció desde el 10 de julio de 1962 hasta 1969.
A lo largo de la década en que estuvo al cargo del ministerio, Fraga se convirtió en uno de los dos principales representantes del llamado sector reformista del régimen. Básicamente, esta tendencia propugnaba la necesidad de pequeñas reformas institucionales, para adecuar el régimen a lo que los cambios económicos y sociales exigían; entre ellas, y con la mente puesta en lo que pasaría tras la muerte de Franco, sugerían que el Consejo Nacional del Movimiento tuviese capacidad de iniciativa política, para dotarlo de la fortaleza necesaria para garantizar el proceso de continuidad hacia la monarquía.
En 1966 presentó la Ley de Prensa, que se aprobó en contra de la opinión de Carrero Blanco y la indiferencia de Franco, regulaba la libertad de expresión para salvaguardar el Régimen, estableciendo unos límites muy ambiguos a la hora de tolerar la crítica o puesta en cuestión del propio Régimen. A estas restricciones, se le sumó en 1968 la aprobación de la Ley de Secretos Oficiales que, aunque no directa responsabilidad de Fraga, pudo haber sido fomentada por él para minimizar las acusaciones de mostrar tendencias liberales que se vertían contra su persona por parte de determinado sectores del Régimen.
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