Ascendió al trono de emperador en el año 37 d.C., tras la muerte de Tiberio, sucesor de César Augusto.
Fue bien acogido inicialmente por el pueblo, ya que decretó medidas que les beneficiaban, y respetaba al senado. Sin embargo tras una grave enfermedad, empieza a mostrar un carácter autoritario, más propio de una monarquía que de una república (teórica).
Comenzó unas reformas públicas, que acabaron por llevar al imperio a una crisis debido a los grandes gastos. Entre ellos, la creación de un circo, un puente flotante, dos barcos de lujo enormes, numerosos templos, etc.
En el año 39, las relaciones entre Calígula y el senado se vieron gravemente deterioradas. Debido a que el emperador retiró varias de sus libertades, investigó a varios senadores y juzgó a otros tantos.
Tras esto surgió una conspiración en la que participaba su cuñado para derrocarle.
Planeó la invasión de Britania al crear dos nuevas legiones conocidas con el apelativo de Primigenia, pero no llegó a completarla. Lo que si logró fue la anexión de Mauritania, tras la ejecución de su gobernante durante una visita a Roma, ordenada por el emperador.
Calígula obligó a la plebe a adorarlo como a un Dios y levantó templos en su honor en Roma, Mileto y Asia.
Surgieron grandes revueltas en Egipto, debido a los conflictos entre judíos y griegos.
Entre algunos escándalos, destacan la utilización del palacio imperial como burdel y el decreto de su caballo con un cargo senatorial.
En el año 41 una conspiración dirigida por Querea asesina al emperador, en respuesta su guardia pretoriana respondió atacando a todos los transeuntes del lugar, matando a conspiradores, ciudadanos inocentes e incluso apunto de atacar a tropas romanas que pasaban por allí.
Tras su muerte se intentó instaurar la república de nuevo, pero los pretorianos nombraron al tío de Calígula, Claudio, como nuevo emperador.
Documentación.
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