Una de las obligaciones fiscales de las empresas es el pago de tributos, que son ingresos públicos que consisten en prestaciones pecuniarias exigidas por la Administración publica como consecuencia de la realización de una actividad al que la ley vincula la obligación de contribuir, con el fin primordial de obtener los ingresos necesarios para el sostenimiento de los gastos públicos.
Hay varios tipos de tributos:
- Impuestos: tributos exigidos sin contraprestación cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen de manifiesto la capacidad económica del contribuyente. Un ejemplo es el IVA.
- Tasas: tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio público, la prestación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público. Un ejemplo es la tasa por la recogida de basuras.
- Contribuciones especiales: tributos cuyo hecho imponible consiste en la obtención por el obligado tributario de un beneficio o aumento de valor de sus bienes como consecuencia de la realización de obras públicas o el establecimiento o ampliación de servicios públicos. Un ejemplo es el alumbrado público.
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