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jueves, 11 de febrero de 2016

®Caciquismo y oligarquía en España ( texto de PAU)

TEXTO 1 PAU: "OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO" de Joaquín Costa. Bloque A.

Con esto llegamos como por la mano a determinar los factores que integran esta forma de gobierno y la posición que cada uno ocupa respecto de los demás.
Esos componentes exteriores son tres: 1º, los oligarcas (los llamados primates, prohombres o notables de cada bando que forman su “plana mayor", residentes ordinariamente en el centro); 2º, los caciques, de primero, segundo o ulterior grado, diseminados por el territorio; 3º, el gobernador civil, que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la Nación.
Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida o encasillada en “partidos". Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo fuese, formaría parte integrante de la Nación, sería orgánica representación de ella, y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una facción de extranjeros apoderados por la fuerza de Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos.
[...] En las elecciones […] no es el pueblo, sino las clases conservadoras y gobernantes, quienes falsifican el sufragio y corrompen el sistema, abusando de su posición, de su riqueza, de los resortes de la autoridad y del poder que para dirigir desde él a las masas les había sido entregado.


Es un documento escrito por Joaquín Costa. Él fue un destacado miembro de una corriente de pensamiento de principios del siglo XX denominada Regeneracionismo, que cuestionaba el sistema político de la Restauración y pretendía "una regeneración de España". Costa fue además, un relevante político, historiador y jurista aragonés.
Uno de sus lemas favoritos era “ escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid ”. 

Tiene carácter político-social, está destinado a la opinión pública española y especialmente a personas interesadas en la Historia y sus estructuras políticas, sociales y económicas.

Este texto, que está fechado en el año 1901, cabe encuadrarlo en la etapa de la Restauración, periodo estable de nuestra historia que se extiende desde 1874 con la restauración en el poder de la monarquía borbónica tras la primera república y termina con el pronunciamiento militar del General Miguel Primo de Rivera en 1923.

Las claves para analizar el sistema político de la España de la Restauración:
  • En primer lugar, Costa señala cuáles son los elementos esenciales del sistema político de la Restauración: oligarcas, caciques y gobernadores civiles. Los tres son definidos de forma peyorativa y son considerados como piezas claves del poder político de esa etapa.
  • Los oligarcas son considerados por Costa como las figuras más poderosas y enriquecidas de este sistema político. Les llega a denominar “primates”. Por su parte, los caciques están distribuidos por toda España y pueden ser de distintas categorías, según su importancia. Por último, pero no menos importantes, los gobernadores civiles son cargos políticos que actúan como intermediarios entre los caciques y oligarcas.
A continuación, Joaquín Costa utiliza la personificación para mostrar el profundo abatimiento que sufre España por su sistema político corrupto. Más adelante, hace hincapié una vez más sobre la corrupción rampante que domina en nuestro país, siendo en ella los caciques y oligarcas un “cuerpo extraño”.

En efecto, la Restauración fue una larga y estable etapa de nuestra historia. Pero esta estabilidad fue más ficticia que real, pues se basaba en un sistema político fraudulento y corrupto. Los fundamentos políticos de este régimen político fueron creados por el político e historiador Antonio Cánovas de Castillo, líder del partido Conservador. Cánovas pretendía imitar y lograr la estabilidad del régimen político de Gran Bretaña. Al mismo tiempo deseaba evitar la injerencia del ejército en nuestra política y neutralizar las fuerzas políticas que abominaba: republicanos, movimientos obreros, nacionalistas y carlistas. Los pilares de este sistema eran las Cortes, la Constitución de 1876 –la más longeva de nuestra historia-, el turnismo y el caciquismo. El turnismo implicaba la alternancia pacífica en el poder de los dos partidos burgueses: el Conservador, liderado por Cánovas y el liberal, capitaneado por Sagasta. Mediante pactos y consensos con la connivencia del rey, se “turnaron” fraudulentamente en el poder. Para conseguir esta alternancia contaban con el apoyo de los caciques, oligarcas y gobernadores civiles. Los caciques eran figuras poderosas y enriquecidas del ámbito local (pueblos y comarcas) encargados de llevar a cabo el fraude electoral, mediante presiones al electorado o llevando a cabo “pucherazos” si el resultado final no era el esperado. Solían ser notarios, terratenientes, jueces... Su lema era “para los enemigos la ley, para los amigos, el favor”. Su equivalente en las ciudades eran los oligarcas mientras que los gobernadores civiles vigilaban por la puesta en marcha de este sistema. También fue vital en la Restauración el papel desempeñado por la monarquía, aunque Costa no lo cita. Recordemos que esta etapa se denomina así porque se restablece la monarquía en el poder en la persona de Alfonso de Borbón (Alfonso XII).

En conclusión, este texto de Joaquín Costa refleja un panorama político desolador, caracterizado por el fraude electoral ligado al falso turnismo y al caciquismo. Pero Costa no se limitó sólo a plantear las deficiencias de la Restauración, también buscó soluciones regeneracionistas como lo prueban sus escritos y su labor política.





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