
Se transmiten a las siguientes generaciones y, aunque no son imprescindibles para la vida de la célula, pueden aportar genes que les confieren propiedades beneficiosas. En una célula puede haber varios tipos o varias copias de plásmido. Cuando un plásmido se encuentra integrado en el cromosoma de la célula, recibe el nombre de episoma. En la actualidad, no solo tienen valor por las importantes características que confieren a las células que los portan, sino también por su utilidad creciente en la ingeniería genética.
Los tipos de plásmidos
Plasmidos conjugativos: son los que presentan genes que codifican pili sexuales para la conjugación entre bacterias. la transferencia: se lleva a cabo cuando dos células bacterianas se unen y se produce el intercambio de material genética a través de la membrana. El plásmido que lleva el factor de fertilidad F se replica y penetra en la célula receptora. Cuando las células implicadas se saparan, una lleva el material genética de la otra, y con él, el plásmido. Se ha producido una recombinación genética. en algunos casos, el factor F se une al cromosoma bacteriano y forma el episoma. Este mecanismo ha sido reproducido por los biotecnólogos, que usan los plásmidos como vectores o transportadores de ADN previamente modificado.
Plásmidos de resistencia (factores R): son los que confieren a las bacterias que los contienen resistencia a los antibióticos.
Plásmidos col: producen bacteriocinas, que destruyen otras bacterias de grupos filogenéticamente cercanos.
Plásmidos de virulencia: producen toxinas, con lo que incrementan la actividad patogénica de las bacterias.
Bibliografía
Bibliografía
- Libro de Biología, Anaya, Tema 16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.